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En colaboración con Tailorlux, GRAFE lanza un masterbatch para la identificación de materiales en la industria de la impresión 3D

Identificación directa de filamentos en plásticos con un test genuino (original) por Dagmar Büchner

El GRUPO GRAFE, Blankenhain, ha desarrollado un masterbach para la identificación de materiales en la industria de la impresión 3D. “Esto significa que la autenticidad de los materiales licenciados se puede determinar de forma segura e inequívoca en el procesado del filamento en el proceso de fabricación aditiva”, explica Lars Schulze, Jefe de Desarrollo de Color y Ciencia de Materiales. En la actualidad, él ve que las principales áreas de aplicación serían prótesis en tecnología médica, pero también en piezas de maquinaria o automotrices relevantes  que deben soportar reclamaciones de garantía. Sin embargo, otros sectores como el mobiliario, electrónicos, o bienes para el consumo también podrían ser interesantes para el test genuino.

“En el futuro, más y más productos y repuestos estarán hechos con impresoras 3D. Ya en la actualidad, su número está aumentando rápidamente en el uso industrial y privado. Si ahora nos imaginamos que los repuestos para productos licenciados se imprimen con materias primas inferiores y no testadas, se podría perder el derecho a reclamar recursos o garantías y, en el peor de los casos, podría ocurrir algún daño a la propiedad o alguna lesión personal”, Schulze informa. Aquí es donde aparece la idea de GRAFE: “Nosotros incorporamos un marcador dentro del filamento, que puedes usarse para chequear si se ha usado el material correcto. Está permanentemente en el componente y no se puede eliminar. Debido a esta naturaleza, el marcador ofrece una protección perfecta contra falsificaciones y prueba su autenticidad”.

Como socio exclusivo de desarrollo, GRAFE se basa en la seguridad de los pigmentos de Tailorlux. La compañía también suministra el matching Tailor-Scan 4 como dispositivo de medida portátil, con el archivo de referencia para que se pueda hacer el marcaje de forma segura. Así se indica si el respectivo marcaje está presente o no. “El funcionamiento es muy sencillo. La originalidad del plástico usado se puede verificar directamente desde el filamento hasta el componente, incluso en embalaje de vidrio o aluminio”, explican los expertos. Además, los laboratorios certificados podrían también comprobar el material. La inspección electrónica también se podría integrar directamente en un sistema de impresión 3D, aparte del escáner portátil.

Schulze señala la importancia de la idea básica con la que el principio de seguridad se puede aplicar de forma consistente cuando la prueba del filamento se hace directamente en la unidad de impresión. Sin embargo, esto debería ser integrado por los fabricantes de las impresoras 3D. “Cuando se inserta el carrete, un sensor en la impresora puede comprobar las marcas de seguridad en el filamento. La impresión empezaría sólo si se asegura que el material es el correcto. A diferencia del principio de las impresoras a color, que usan electrónica para determinar si se ha insertado el cartucho de color original, las impresoras 3D podrían verificar directamente el material”.

“Nuestra solución está ya desarrollada y funciona”, dice Schulze. Hasta ahora, el marcador se ha empleado principalmente en PLA y PETG (glicol). Sin embargo, también puede emplearse en PA y PC. No hay influencia en el color. Debido a la amplia selección de marcadores, se puede aplicar a casi cualquier plástico, asegura. La dosificación del lote es comparativamente baja y podría ser suficiente con un 1%. El color tiene una gran influencia. Los componentes coloreados con negro de carbono requieren una dosificación ligeramente mayor que otros. Las fibras de carbono también influyen en el resultado. En última instancia,
se puede decir que cada filamento se puede marcar con una dosificación máxima del 3%.